Sir Alex Ferguson fue el autor intelectual de la carrera de Chicharito Hernández, al menos en su primera etapa en la élite del futbol mundial. Oráculo del Manchester United, club al que dirigió durante 27 años con resultados excelsos aderezados por una mística irrepetible, Ferguson consolidó a talentos que su ojo clínico detectó antes que nadie.
Gracias a él, el United tuvo en sus filas a jugadores de calibre histórico como Ryan Giggs, David Beckham y Cristiano Ronaldo. Otros ya apuntaban maneras, como Wayne Rooney, pero Ferguson los potenció hasta los niveles más altos. Así sucedió también con Javier Hernández. El delantero mexicano vivió una larga travesía antes de establecerse con Chivas en la Primera División de México. Con 17 años, se perdió el Mundial de la categoría en Perú 2005. Una lesión le impidió formar parte de la generación de Giovani dos Santos y Carlos Vela.
En el Rebaño Sagrado, debutó para el Apertura 2006. Fue contra Necaxa, mismo cotejo en el que también anotó su primer gol como profesional. Al año siguiente, cuando tenía 19, acudió al Mundial sub-20 de Canadá. Su carrera empezó a estancarse relativamente. Con Chivas no tenia actividad de manera regular, y tampoco lo cedían a otro club, pero seguía siendo muy joven. No era fácil apostar por un delantero sin experiencia, a pesar de que Chivas ya en ese momento era un club reconocido por darle sitio a canteranos.