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La celebración del 1 y 2 de noviembre está asociada con el Día de Todos los Santos y del Día de Muertos. En estas especiales fechas, muchas familias acostumbran acudir a los panteones para “reunirse” con sus seres queridos que han partido al más allá, y para ello se valen de ofrendas que se dejan sobre las tumbas o en los altares que se colocan al interior de los hogares. La flor de cempasúchil representa más que solo una planta que se vende en los espacios públicos o que se ocupa para rituales.

Emanuel Leal, director general de Elefann (que es un colectivo que promueve la lectoescritura), describió que esta flor se vincula con una historia de amor que muy pocas personas conocen; también se trata de una especie que es muy representativa en el país y en gran parte de Mesoamérica.

“La flor de cempasúchil representa luz, el sol; tiene una forma amarilla, anaranjada, que es la estrella de fuego. Es muy importante, entre otras cosas, los pétalos y la misma flor, pues estas conducen el camino de las almas hacia el encuentro del mundo con los vivos”, comenta.

La historia que se esconde —relató— envuelve a dos personas con el amor que no terminó, incluso después de la muerte; al contrario, reposó en un colibrí y en la flor de cempasúchil; es decir, se transformó ese cariño para estar de nuevo en el mundo de los vivos.

Las tradiciones y su arraigo

Emanuel Leal, director general de Elefann, consideró que aunque el Halloween y el Día de Muertos casi coinciden en fechas, la población en México pone énfasis en las costumbres locales, por lo que es importante que los simbolismos se sigan difundiendo.

Estas celebraciones —expresó— muestran que la propia flor trasciende más allá que solo usarla el 1 y 2 de noviembre, debido a que también es consumida y se trata de un planta medicinal que es aprovechada por la población.

Tal importancia es que la flor de cempasúchil se ha vuelto parte de la identidad del pueblo que, además, se puede encontrar en varios lados, incluso puede darse de manera silvestre.

“Los mexicanos tenemos mucha aceptación hacia este símbolo; llama mucho la atención, para nadie pasa desapercibida por los colores que tiene, precisamente, encendidos como los del sol”, añadió.

Además de la tonalidad anaranjada, que se asocia a la luz, esa flor tiene variación en sus colores, desde los tonos amarillos hasta rojizos y con el paso del tiempo van cambiando. Algunas tienen más tupido el pétalo, el cual se usa para hacer y guiar el camino de los muertos en su visita al mundo de los vivos.

En el tema de la muerte, relató Emanuel Leal, se abordan asuntos que “se vinculan con el amor o con la cercanía que se tuvo con los seres queridos, es decir, el Día de Muertos celebra la vida de los que ahora ya no están”.

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