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Por: Arturo García Caudillo

El desfile conmemorativo por el 213 aniversario del inicio de la Independencia concluyó sin novedad, y este año tuvo varios ingredientes extras, como la participación de los cadetes del Heroico Colegio Militar, institución que cumplió 200 años de su creación y la ausencia de los Poderes Legislativo y Judicial.

El evento tuvo una duración de cerca de tres horas y recorrió 4.8 kilómetros, partiendo del centro histórico y llegando al Campo Marte. Fue muy vistoso y contó con una gran participación, como explicó el comandante de la columna del Desfile, general diplomado de Estado Mayor, Ricardo Trevilla.

“Licenciado Andrés Manuel López Obrador, comandante supremo de las Fuerzas Armadas, le informo que desfilaron ante el pueblo de México 33 banderas de guerra, 13 mil 805 elementos integrantes del Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Guardia Nacional, 19 delegaciones extranjeras, 94 charros y civiles, 455 vehículos terrestres, 85 aeronaves, 10 embarcaciones, 434 caballos, 157 canes y 36 águilas y halcones. Concluyéndose el desfile sin novedad”, detalló.

REFRENDAN FUERZAS ARMADAS LEALTAD AL PUEBLO

Antes de este sexenio, la tradición marcaba cero discursos, pero con la llegada de la mal llamada Cuarta Transformación, el protocolo depende del ánimo que tenga en las semanas previas, el Jefe del Ejecutivo, así que esta vez le tocó al secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Crescencio Sandoval, hacer uso del micrófono para convocar a la unidad nacional y refrendar de paso, la lealtad de las Fuerzas Armadas hacia el pueblo de México.

“Hoy, con el júbilo de esta fiesta nacional por la Independencia de nuestro país y por el bicentenario del Heroico Colegio Militar, le manifestamos que México cuenta con un instituto armado y Guardia Nacional leales y patriotas, que actúan bajo la premisa de servir a la sociedad a la que nos debemos, siempre con absoluto respeto a la Ley y a los derechos fundamentales”, expresó el mando castrense.

Sandoval González también agradeció al Primer Mandatario por la confianza que ha otorgado al Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea: “Le agradecemos la confianza que ha depositado en las Fuerzas Armadas y en la Guardia Nacional para que nos permita conforme a los ordenamientos legales, apoyar con todas nuestras capacidades a la población”.

Consideró que las fiestas patrias son un motivo de acercamiento entre los mexicanos, tanto en la diversidad cultural como en nuestras raíces, nuestra música, nuestra comida y nuestras raíces, “porque nos unen en pensamiento, recordando a los próceres que lucharon por nuestros derechos, por la libertad y por la independencia”.

NO HUBO REPRESENTACIÓN DE LOS OTROS PODERES

Otra de las razones con las cuales se rompió la tradición de decenas de años, tuvo que ver con los invitados, ya que el Ejecutivo Federal fue acompañado sólo por miembros de su gabinete, haciendo aún más que evidente la ausencia de los poderes Legislativo y Judicial, pues el Primer Mandatario decidió no invitar ni a la presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña, ni a la presidenta del Congreso de la Unión y presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, la priista Marcela Guerra. De paso, tampoco convocó a la presidenta del Senado, a pesar de militar en Morena, Ana Lilia Rivera. Tres mujeres muy destacadas, sin duda, que probablemente se hayan quedado vestidas y alborotadas (como en su momento reconoció alguna de ellas).

LLAMÓ LA ATENCIÓN

La celebración comenzó con la participación de los cadetes del heroico Colegio Militar, quienes hicieron una reseña histórica de los 200 años de esta institución. Fue una narrativa muy parecida a la que se acostumbra el 13 de septiembre en el monumento a los Niños Héroes.

En otro pasaje del desfile, la Secretaría de la Marina (Semar) presentó, de manera oficial, a Maya, la perrita rescatista que será la sucesora de Frida (fallecida recientemente), cuya figura destacó en un carro alegórico, junto con sus compañeros Niko y Max.

Por su parte, la Sedena recordó al perro Proteo, que murió en las labores de rescate del sismo de Turquía. Al mismo tiempo, presentó a Arkadas, el can que los turcos donaron a México como símbolo de amistad entre ambas naciones.

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