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El principal sospechoso es su pareja, quien forma parte de una poderosa familia del norte del país.

Desde el pasado 1 de junio, una pregunta recorre la provincia de Chaco, en el norte argentino: ¿Dónde está Cecilia?

Se trata de Cecilia Strzyzowksi, una joven de 28 años que desapareció hace 14 días y cuyo caso ha generado una conmoción debido a las vinculaciones políticas de lo que las autoridades ya investigan como un posible feminicidio, aunque todavía no se haya encontrado ningún cuerpo.

La última familiar que la vio con vida fue su tía abuela, Mercedes Flores, de quien Cecilia se despidió un jueves a la tarde para irse de vacaciones con su pareja, César Sena, de 22 años. Nunca más se supo nada de ella.

El joven es hijo de Emerenciano Sena, un líder social que comenzó su carrera política provincial en los años 90 y que, con el paso del tiempo, se convirtió en uno de los personajes más poderosos de la región gracias a que obtuvo millonarios recursos públicos para realizar programas sociales como la construcción de viviendas populares, escuelas y centros de salud.

En 2007, cuando el peronista Jorge Capitanich ganó la gubernatura, Sena se erigió en uno de sus principales aliados. La relación personal creció al punto que el gobernador fue el padrino de la boda del dirigente con Marcela Acuña, en 2014.

También participó en el libro de memorias titulado «Emerenciano, caudillo del norte», que fue escrito por Acuña y prologado por Capitanich. 

En las elecciones de este año, Sena se postuló como precandidato a diputado provincial, mientras que su esposa buscaba la intendencia de Resistencia, la capital de Chaco.

En ambos casos, formaban parte de la lista encabezada por el gobernador Capitanich, quien, a su vez, está en la búsqueda de su tercera reelección en la provincia.

Escándalo

Pero la desaparición de Cecilia alteró por completo el panorama electoral.

El viernes pasado, Emerenciano y Marcela quedaron detenidos e imputados como principales sospechosos de un crimen que se investiga como feminicidio. Al día siguiente fue el turno de César. La prensa ya los bautizó como «el clan Sena».

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