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El trabajo infantil es un problema global que afecta a millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo y el país; las repercusiones psicológicas son varias.

En Chiapas las tasas de trabajo infantil son las segundas más altas a nivel nacional, con 20.8 %, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La psicóloga egresada de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), Nadia Díaz, resaltó que los problemas asociados al trabajo infantil son numerosos y tienen graves repercusiones en la vida de los niños.

“El ciclo de la pobreza se perpetúa en el trabajo infantil. En el caso de Chiapas, hay que recordar que de forma histórica es una región que enfrenta desafíos socioeconómicos significativos, muchos niños se ven obligados a trabajar debido a la pobreza y la falta de oportunidades; y esta situación, sobre todo por la falta de educación, frena las oportunidades de un futuro digno”, explicó la especialista.

Estadísticas nacionales

La Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, realizada por la Organización Internacional del Trabajo y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y el Inegi, revela que 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de cinco a 17 años realizaban trabajo infantil en el país.

El gobierno mexicano, junto con organizaciones no gubernamentales y agencias internacionales, trabajan en la erradicación del trabajo infantil. Sin embargo, aún existen desafíos significativos en la eliminación de esta práctica, especialmente en áreas con altos niveles de pobreza como Chiapas.

El trabajo infantil es ilegal en México para los niños menores de 15 años, a menos que se trate de trabajos ligeros y bajo condiciones seguras y supervisadas; sin embargo, la tasa de ocupación no permitida más alta a nivel nacional se reportó en Guerrero (15.2 %) y Chiapas (13.5 %).

“Trabajan en diversos sectores, como la agricultura, la construcción, el comercio informal y el servicio doméstico. Las condiciones en las que trabajan pueden ser precarias, y a menudo enfrentan largas jornadas laborales, bajos salarios y exposición a riesgos para la salud y la seguridad”, expuso la psicóloga.

La encuesta revela que los sectores económicos en los que se concentró la población infantil en ocupación no permitida fueron: el agropecuario (33 %), servicios (23.2 %) y comercio (21.5 %). El porcentaje de niños fue más alto en el sector agropecuario (39 %); niñas, en el de comercio (32.3 %) y servicios (32.2 %).

La especialista concluyó explicando que el trabajo infantil interfiere en el desarrollo normal de los niños, incluyendo su desarrollo físico, emocional y social, pues “les priva de oportunidades para jugar, socializar y aprender de manera adecuada”. Información de Cuartopoder

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