El líder transportista, quien controla la “Línea de la muerte” y ha sido exhibido en videos como un hombre violento, tiene 20 denuncias por lesiones, robo e intento de homicidio, entre otros delitos, acude a un acto de campaña de Santiago Taboada
Por Alicia Zenil
Luego de que el candidato a la jefatura de Gobierno de la CDMX, Santiago Taboada hiciera alianza con el llamado “capo del Cártel del Transporte”, Fernando Ruano Bolaños, iniciaron las renegociaciones con líderes transportistas pues el ahora enlace de Movilidad de Toaba empezó a corromper y hacer promesas a nombre del candidato.
Santiago Taboada, candidato a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, adhirió a su campaña como enlace de Movilidad a Fernando Ruano Bolaños, un cuestionado líder de transporte público en la capital del país, quién es conocido porque en cada elección ofrece votos a cambio de que le puedan entregar más concesiones o evitar sanciones.
Fernando Ruano Bolaños reapareció en un acto público el 21 de marzo en la Alcaldía Iztacalco en un acto de campaña de Santiago Taboada, candidato a la Jefatura de Gobierno de la CDMX por el PAN, PRI y PRD.
El líder de transportistas, bautizado en redes sociales como #lordlamborghini por agredir a golpes a personal del Autódromo Hermanos Rodríguez y a paramédicos durante unos arrancones en septiembre de 2018, ha sido acusado y exhibido como un hombre violento por sus propios choferes, personas usuarias del transporte público y por otros transportistas.
Sobre Fernando Ruano Bolaños pesan al menos 20 denuncias por lesiones, robo e intento de homicidio, entre otros delitos.
Catorce de ellas han sido interpuestas ante la Agencia del Ministerio Público Coyoacán 4. Otras cuatro, en Coyoacán 3, y cuatro más en Coyoacán 1.
No obstante, ninguna ha prosperado, pues Fernando Ruano Bolaños, también conocido como el jefe del “Cártel del transporte público”, tiene un presunto inmenso poder corruptor.
Sólo así se explica cómo se ha apoderado de concesiones de transporte y rutas como la 111, 117 y la 1, llamada “la ruta de la muerte”, siempre mediante amenazas y el uso violencia.
Los propios choferes de las rutas que controla son agredidos y humillados cuando no consiguen reunir la cuota mínima que se les exige.
