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El médico responsable sigue ejerciendo gracias a que la condena en su contra todavía no está firme.

En 2011, la famosa modelo y actriz argentina Silvina Luna tenía 31 años cuando se sometió a una cirugía estética para aumentar los glúteos. Después de la intervención, su salud comenzó a decaer tanto, que hoy se encuentra internada, grave y a la espera de un trasplante de riñones.

Todo, porque Aníbal Lotocki, el médico que la atendió, le inyectó polimetilmetacrilato, una sustancia que le afectó los órganos y de la cual no le informó debidamente antes de introducirla en su cuerpo.

El caso de Luna, de 43 años, ha desatado una conmoción en Argentina. Primero, porque Lotocki ya fue condenado a prisión e inhabilitado para ejercer como médico, pero como la sentencia todavía no está firme, sigue atendiendo en su consultorio

Pero también porque la modelo ha reconocido que sucumbió a la presión que padecen las mujeres, en particular en el medio artístico, para cumplir con determinados cánones de belleza.

A principios de junio, Luna fue ingresada en terapia intensiva en un hospital de la Ciudad de Buenos Aires, pero esta semana su estado de salud se agravó. Se le reportó inconsciente, sedada y conectada a un respirador artificial. Desde que se operó con Lotocky, parece hipercalcemia y una insuficiencia renal.

El universo mediático se solidarizó con la actriz. Algunos de los personajes más famosos de la televisión convocaron a cadenas de oración. Otros acudieron en masa a donar sangre. El consenso fue un mensaje de apoyo a la modelo y de indignación con la justicia.

Fallo

El jueves, los principales programas del espectáculo reportaron una incipiente mejoría. Aseguraron que Luna había despertado, que ya hablaba y que respiraba por sus propios medios. Pero su estado seguirá siendo crítico hasta que le puedan realizar el trasplante de riñón que necesita para sobrevivir.

Mientras los reportes sobre su salud copaban los noticieros del país, el médico fue entrevistado en uno de los principales canales de televisión, que lo recibió como si fuera una estrella y no un profesional condenado por mala praxis.

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