Los ataques violentos de bandas criminales provocaron que el pasado sábado, en Haití, quedaran libres casi el 100 % de los presos de la principal cárcel del país, la Penitenciaría Nacional de la capital, Puerto Príncipe.
De los 3.696 presos que albergaba la prisión, poco menos de un centenar permanecieron en su interior, de acuerdo con las cifras recabadas por Le Nouvelliste, si bien la autoridades todavía no han ofrecido datos concretos.
Entre los presos que decidieron no abandonar la prisión se encuentran los presuntos mercenarios colombianos, acusados de participar en el asesinato de presidente Jovenel Moïse en 2021.
La Cancillería de Colombia informó el domingo que, tras las gestiones realizadas ante el Gobierno de la República de Haití, los 17 connacionales fueron trasladados a otras instalaciones carcelarias para asegurar la protección de su integridad física.
En los alrededores de la cárcel, así como en el interior del patio del recinto, era posible ver varios cadáveres, mientras que las puertas del centro penitenciario permanecían abiertas durante el domingo.
Estado de emergencia
Los graves hechos acaecidos durante la madrugada del 2 al 3 de marzo propiciaron que el Gobierno decretara el estado de emergencia y el toque de queda en todo el departamento occidental, el que alberga a la capital.
Según un comunicado emitido por el primer ministro interino, Patricio Michel Boivert, la decisión se tomó por el «deterioro de la seguridad», «caracterizada por actos criminales cada vez más violentos perpetrados por bandas armadas».
Asimismo, el texto recoge «desplazamientos masivos de población», «secuestros y asesinatos de ciudadanos pacíficos», «violencia contra mujeres y niños, saqueos y robos de propiedad pública y privada».
Ataque a las dos principales cárceles
El pasado sábado, la delincuencia organizada atacó los dos mayores centros penitenciarios del país, el de la capital y el situado en Croix des Bouquets, provocando muertos y heridos en las filas de la Policía y las fuerzas del orden, además de la fuga de los reos.
La violencia, presente en la vida diaria del país desde hace años, ha sufrido otra agudización desde el pasado 29 de febrero. Los «actos de violencia y terror», como los denominó la Oficina del primer ministro, provocaron la muerte de agentes de Policía y de civiles.
Durante esa jornada también se vivieron escenas de saqueos y vandalismo de instituciones públicas y negocios privados.
El presidente fuera del país
Los graves hechos se produjeron en un momento en el que el primer ministro, Ariel Henry, se encontraba fuera del país, en visita oficial a Kenia.
En Kenia, el mandatario haitiano firmó junto a su homólogo, William Ruto, un memorando de Entendimiento sobre policía y seguridad entre los gobiernos de ambos países.
Se trata de un paso decisivo para cumplir el mandato del Tribunal Superior de Kenia, que le permita al país africano asumir el liderazgo del despliegue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad autorizada por la Resolución 2699 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El despliegue, que todavía no tiene fecha de implementación, contará con la participación de 1.000 agentes keniatas.
Desastre humanitario en las cárceles haitianas
Desde hace tiempo se viene denunciando el desastre humanitario en el que se han convertido las cárceles del país, con unas prisiones superpobladas alcanzando cerca del triple de ocupación de su capacidad y con más de tres cuartas partes de los presos en situación de prisión preventiva, algunos incluso por lustros.
Además, las sucesivas revueltas, bloqueos de carreteras y la prevalencia del crimen organizado, han afectado severamente el suministro de agua y comida en la nación más pobre de la región.