Cuando un matrimonio o relación de concubinato se disuelve tras varios años y la mujer no ejerció en ningún momento una profesión u oficio por dedicarse al hogar —como generalmente ocurre—, tiene derecho a solicitar una pensión compensatoria según el Código Civil del Estado de Chiapas.
Se establece esta figura por el mismo lapso que duró el matrimonio o el concubinato, o hasta en tanto se den las posibilidades de proporcionarse a sí misma los medios necesarios para su subsistencia, mientras no contraiga nuevo matrimonio o se una en concubinato.
La abogada Marisela Aguilar Gerardo comentó que esta figura es relativamente nueva, luego de identificarse un estado de necesidad que recae en una de las partes, siendo la mayoría de los casos en la mujer. Esta se basa en una desigualdad económica debido a que no pudo formarse una independencia.
Explicó que al disolverse el matrimonio o unión es posible solicitar la pensión alimenticia en caso de que haya hijos de por medio, y a esto hay que sumarle la pensión compensatoria, siempre y cuando se cumplan una serie de factores que serían determinados por un juzgado.
En contexto
Lo anterior se basa en que una persona, que no tiene experiencia laboral, no tendrá las mismas oportunidades a los 40 años o más, situación que la pone en un estado de necesidad económica debido a que la mayoría de las empresas exige un rango de edad.
Reiteró que esta pensión se rompería cuando el excónyuge contraiga matrimonio nuevamente o se una en concubinato. El monto se deberá redefinir según sus ingresos y gastos nuevos.
Con esta pensión se estaría compensando al cónyuge que, durante el matrimonio, se vio imposibilitado para hacerse de una independencia económica, dotándolo de un ingreso suficiente hasta en tanto esta persona tenga ingresos para su sustento.
Mencionó que esta figura es poco conocida o poco solicitada, pues la preocupación mayor de las mujeres, sobre todo, es cubrir las necesidades de los hijos, por lo que solicitan la pensión alimenticia para ellos. Es un derecho que pueden o no ejercer.
Sin duda, dedicarse al hogar también es un trabajo, pero no es remunerado, y eso se debería tomar en cuenta por ambas partes.