Al menos tres personas han denunciado públicamente y ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México a Ricardo Rubio Torres, candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la diputación local por el distrito 30 de Coyoacán, dos por amenazas de muerte y una más, también por amenazas de muerte, así como privación ilegal de la libertad y extorsión.
Los tres casos tienen como común denominador el temple violento del panista, los métodos de intimidación que emplea y que se trata, en todos los casos, de disputas por motivos políticos.
Es decir, una forma violenta y agresiva de ejercer la política.
Las dos primeras víctimas son Iván Daniel Chávez García y su hermano Brandon Saul Chávez García, según consta en la carpeta de investigación SI-FISCOY-UAT-COY-5-UI-1S/D/00701/05-2024, iniciada el 1 de mayo de este año, en la Fiscalía de Investigación Territorial en Coyoacán (UAT-COY-5).
Iván y Brandon se encontraron en calles de la alcaldía Coyoacán a Rubio, Macías y una cuadrilla de seguidores. El candidato panista y su gente encaró, amenazó, intimidó y persiguió a los hermanos. Macías incluso les mostró un arma de fuego que llevaba en la cintura.
Diversos medios de comunicación dieron cuenta del episodio, en el que las víctimas detallan su intento por escapar de sus agresores.
“Iván y Brandon refieren en su denuncia que, tras salir a una tienda, se dieron cuenta que en la acera de enfrente se encontraban Ricardo Rubio y Francisco Macías, junto a otras ocho personas.
“Al percatarse de su presencia, Rubio y Macías se acercaron al automóvil donde se encontraban los hermanos Chávez García.
“El candidato panista y su ayudante les pidieron con insultos que se fueran de inmediato de ahí: ‘“váyanse de aquí o van a valer verga”’.
“Al disponerse a abandonar el lugar, Rubio y Macías suben el tono de sus amenazas: ‘“bájense a arreglar las cosas como los hombres porque los voy a matar a ti y a tu hermano”’.
“Inmediatamente después, Macías “se levantó la playera y me muestra una pistola que traía en la cintura, y nos dice ‘van a valer verga, los voy a matar’”.
“El denunciante, según la carpeta de investigación, experimentó una crisis de ansiedad, llamó por teléfono a otro hermano, Alberto, para solicitarle que llame y mande a una patrulla al lugar de los hechos.
“Los hermanos intentaron escapar en su coche del lugar, pero otro vehículo se los impidió: ‘“justo cuando intento arrancar el carro donde estamos (…) se me atraviesa al frente un vehículo Chevrolet tipo Chevy blanco, el cual no me permitía moverme. (Luego) le empiezan a tomar fotografías a las placas de mi carro, por lo cual me da mucho miedo y temo por mi vida e integridad física”’.
“Al tiempo que Iván Daniel metió la reversa de su auto con el fin de escapar del lugar, Ricardo Rubio prosiguió con las amenazas ‘“voy a matar a tu hermano y a ustedes los voy a meter a la cárcel”’.
“En su huida, los hermanos Chávez García se percataron que otro vehículo ‘“Volkswagen tipo Polo de color rojo”’ los perseguía.
‘“Avancé sobre Catalina Buendía, dando vuelta a la derecha sobre Manuela Sáenz (pero) el Chevy se adelanta y me vuelve a cerrar el paso”. A su vez, el Polo se colocó por detrás y nuevamente Iván Daniel y Brandon Saul quedaron a merced de sus perseguidores.
‘“Llegan corriendo Ricardo Rubio Torres y Francisco Macías y Karla Villagrán (quien) le gritó a mi hermano Brandon ‘te voy a acusar de abuso sexual, ya mejor lléguenle a la chingada’”.
Hasta aquí el testimonio, según la carpeta de investigación.
Una tercera víctima de Ricardo Rubio Torres fue Raúl Alejandro García Ortega, excolaborador del propio Torres.
De acuerdo con la carpeta de investigación CI-FICOY/UAT-COY-5/UI-1 S/D/00714/05-2024, “el 23 de octubre del año 2023, en la oficina de su módulo de atención y quejas ciudadanas ubicado en calle Pedro Sainz de Baranda 16-LC 4, Coapa, colonia Avante, Alcaldía Coyoacán, C.P. 04460, Ciudad de México, me presenté directamente con el
“Ricardo Rubio Torres y me comentó que tenía que firmar algunos papeles, entre ellos, mi renuncia voluntaria como asesor legislativo, a lo cual me negué rotundamente porque esa instrucción me dejaba en un estado de indefensión y vulnerabilidad personal y laboral.
“Al instante Ricardo Rubio Torres me dijo que, si no firmaba dicha renuncia, no podía irme a mi casa, cerrándome la puerta de la oficina donde me encontraba con llave para que no pudiera irme y privándome ilegalmente de mi libertad.
“Posteriormente de esta situación, entró al cuarto de la oficina donde me encontraba el Coordinador del Módulo de Atención Ciudadana, Ricardo Rubio Ledón, quien me presionó y amenazó durante una hora más, de que no me iría a mi casa hasta no firmar dicha renuncia, diciéndome que era un pobre pendejo y que no le hiciera perder su tiempo, ni el tiempo del diputado (Ricardo Rubio Torres)”, se lee en el documento.
Tres horas después, Raúl Alejandro García Ortega se vio forzado a firmar su renuncia: “me estaban instruyendo que lo hiciera, ya que las hostilidades en malos tratos y malas palabras eran de manera constante”.
La pesadilla de García Ortega no terminó ahí.
En noviembre de 2023 “me pagaron la última quincena del mes de noviembre por parte del Congreso de la Ciudad de México. Al enterarse Ricardo Rubio Torres de que me habían pagado dicha quincena (…) me empezó a extorsionar ya que me realizó diversas llamadas telefónicas donde me exigía que le regresara el dinero cobrado ya que era de él y que a mí no me correspondía absolutamente nada de eso, y que, si no se lo regresaba, ya sabía dónde vivía y que mi familia también y que iba a ver consecuencias contra mí persona e integridad física”.
En febrero de 2024, “aproximadamente a las 15:46 horas, recibí mensajes hostiles y amenazantes del número 5527083639 (perteneciente a) Rubio. En dichos mensajes (me dijo) que estaba afuera de mi casa y me pide que saliera porque me iba a romper la madre”.
“Acto seguido, me comenta que ojalá estuviera muerto seguido de un en donde te tope, y en el último mensaje me manifiesta que si sigo así acabare balaceado. Haciendo estas amenazas extensivas a mi hermano y padres”, se lee en la carpeta de investigación.
El 15 de febrero, Rubio vuelve a amenazar a su excolaborador, ahora diciéndole cómo iba vestido y que “iban por mí”.
Días después, el 1 de marzo Rubio redobla las amenazas a García Ortega, diciendo que le va a “romper su madre”.
El 2 de abril, a las 4:30 de la madrugada, García recibe la enésima llamada de Rubio. En un tono sereno, casi burlón, el panista admite que fue él quien mandó golpearlo.
Esto consta en la carpeta de investigación, pero además en un audio.
“Nada más que sí tomaste las cosas bien ‘random’ (le dice entre risas García a Rubio); hasta por ahí me enteré que una madriza me mandaste poner”. Rubio responde: “tenía que ser carnal porque te pasaste muy cabrón de verga”.
Dos denuncias que, según el contenido de las mismas, dejan ver a un aspirante al Congreso de la Ciudad de México, como un hombre que entiende que en la política la violencia tiene cabal cabida.