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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acusó este viernes a Francia, Alemania, EE.UU., el Reino Unido y la Unión Europea (UE) de apoyar un genocidio contra la población palestina en Gaza.

«Alemania apoya el genocidio, y Francia, y la Unión Europea, y el Reno Unido, y sobre todo los EE.UU. de Norteamérica en su versión demócrata, apoyan tirar bombas sobre la gente, porque están haciendo una demostración sobre la humanidad toda«, denunció Petro.

Las declaraciones del mandatario colombiano fueron expuestas durante su participación en un conversatorio de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se reúne este viernes en San Vicente y las Granadinas, para conmemorar el décimo aniversario de la proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz.

Petro agregó que para que la Celac pueda plantearse realmente como zona de paz, más allá de declararla, primero debe «evaluar un poco cuáles son los peligros que esa paz en América Latina y el Caribe tienen«. En esa línea, aseguró que hay «inmenso» riesgo compartido: la crisis climática.

«¿Por qué aumenta la violencia y la guerra en el mundo? Me atrevo a sugerir que tiene que ver con el principal problema de la humanidad, la crisis climática que es producida por un sistema económico, que le vamos a poner el nombre: el capitalismo», señaló.

«Dos grandes tendencias»

Para Petro, el mundo se decanta en la actualidad hacia «dos grandes tendencias»: una en el que la humanidad busca separarse rápidamente de la dependencia del petróleo y del carbón, para «sobrevivir» y «pasar a economías, producción y relaciones sociales descarbonizadas», lo que implica un cambio en los ejes de poder en el planeta; y otra que apunta a tensar «completamente la política y el poder mismo del mundo», que es la que apuesta a la guerra y las armas para «mantener la explotación aguda de la naturaleza del planeta y de los seres humanos».

Al respecto el mandatario colombiano agregó que los países que buscan mantenerse en el eje de poder económico global actual y «tratan de conservar» el modelo «que nos está matando como humanidad», representan la tendencia que «es profundamente violenta».

Ese polo, agregó, continuamente «muestra su poderío militar» y ha demostrado que «ya no puede sostenerse sobre las relaciones internacionales civilizadas ni sobre el derecho internacional construido sobre la segunda guerra mundial, sobre los escombros de los nazis».

En su línea argumental, aseguró que en ese polo están los mismos que ahora «aprietan los botones de las tumbas» y que «están mostrando un genocidio delante de nuestros ojos, que ya no es la vieja dinámica del conflicto Palestina-Israelí».

«Si queremos cambiar la economía hacia la economía descarbonizada, ni más ni menos nos están diciendo: ‘Miren nuestro poder militar, lo que ocurre sobre Palestina puede ocurrir sobre cualquiera de ustedes si osan realizar los cambios sin permiso'», dijo Petro. «Es algo que tenemos que reconocer y sobre el cual tenemos que actuar», añadió.

La segunda mayor amenaza

Otra amenaza preocupante, dijo Petro, es la violencia desatada en la «escala americana». «Somos la región más violenta del mundo, más aún que las regiones donde se desarrolla la guerra directa, incluso el genocidio», lamentó.

«Nosotros hemos vivido un genocidio de un millón de latinoamericanos en el último medio siglo, la mayoría de esos muertos aún son colombianos, pero cada vez más son mexicanos, brasileños, venezolanos, centroamericanos, suramericanos», agregó.

Petro aseveró que esa violencia se refleja en un éxodo de migrantes de sur a norte: «Van hacia la frontera con los EE:UU. y allá los esperan las rejas, las cárceles y las ametralladoras y muchos mueren en el camino», denunció.

«¿Qué produjo esa violenta, ese millón de muertos en Latinoamérica, si queremos hablar de paz? La mal llamada guerra contra las drogas, la decisión desde EE.UU. de creer que la lucha contra las sustancias peligrosas, se afinca sobre la represión, la cárcel, la policía y el asesinato, y no sobre la prevención y la salud pública, para prevenir que los pueblos caigan en el consumo de sustancias peligrosas», precisó el mandatario.

Sostener la paz en la Celac

Entre tanto, el presidente colombiano instó a los países de la Celac a «discutir con autonomía» las amenazas latentes contra la región, que a su parecer, «obliga a pensar y a cambiar las políticas» actuales y a responder tres preguntas claves sobre la realidad actual.

«La paz es en nuestra región autonomía política, económica y militar de América Latina y el Caribe. Suena ingenuo pensar que vamos a ser una zona de paz si nos estamos alinderando a los grandes bloques de poderes militares en conflicto por razones comerciales de negociantes en el mundo», advirtió.

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