Aunque El Niño generalmente está asociado con lluvias más intensas, también puede provocar sequías en ciertas áreas. Tal es el caso de la Selva Lacandona, en donde se ha reportado una alta incidencia en incendios forestales en distintas áreas naturales protegidas (ANP) de la región.
La ocurrencia de sequías por este fenómeno climatológico se debe a que las corrientes marinas alteradas pueden desviar la humedad atmosférica y reducir la cantidad de lluvia que llega a la región.
La Dirección de la Reserva de la Biósfera Montes Azules, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), informó que debido a este evento climático la ausencia de lluvias ha sido una constante en la Selva Lacandona, lo que ha provocado un incremento en las temperaturas y sequías.
“Las altas temperaturas, la falta de lluvia y la sequía prolongada han dado origen a la acumulación de material combustible, teniendo como resultado la ocurrencia de ‘rayos secos’ que suceden cuando la lluvia se evapora antes de llegar al suelo, permitiendo que los relámpagos impacten en la vegetación seca”.
Fenómenos que han dado origen a incendios forestales “fuera de control” en la reserva de Montes Azules, impactando en el ecosistema de selva alta perennifolia y a los seres vivos que allí habitan.
Este no es un hecho aislado, enclavada también en la espesa selva, la Reserva de la Biósfera Lacantún sufrió recientemente un siniestro que si bien fue controlado el pasado día viernes, afectó una superficie de 364 hectáreas de acuerdo con la Dirección Frontera Sur, Istmo, Pacífico Sur de la Conanp.
En ambos casos se ha contado con el apoyo de las brigadas de vigilancia comunitaria y de combate a incendios forestales financiadas por los proyectos del Programa para la Protección y Restauración de Ecosistemas y Especies Prioritarias (Prorest) de la Conanp y el Fondo Mexicano para Conservación de la Naturaleza (FMCN), e instituciones como la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa