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Manifestantes exigen echar abajo reforma constitucional en la provincia de Jujuy, Argentina

Los precandidatos de derecha desestimaron las denuncias de la CIDH. El conflicto que estalló en Jujuy, una provincia del norte argentino, desembocó en una grave jornada de violencia institucional que ya impactó de lleno en la política nacional y en las precampañas presidenciales.

La crisis marcó el tono rumbo a las elecciones que se realizarán el próximo 22 de octubre, ya que los precandidatos de la coalición conservadora Juntos por el Cambio, que estaban sumidos en una fuerte pelea interna por las candidaturas, mostraron una señal de unidad y cerraron filas en favor del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales.

En una conferencia de prensa conjunta realizada en Buenos Aires, los principales dirigentes de esta alianza, encabezados por los precandidatos presidenciales Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, defendieron la represión y reforzaron sus discursos a favor del «orden», «las instituciones» y contra «el populismo».

También confiaron en que ganarán los comicios, y anticiparon que, ya en la oposición, el peronismo y el kirchnerismo harán todo lo posible por provocar jornadas violentas como la que se vivió el martes en Jujuy.

En ningún momento reconocieron los abusos cometidos por las fuerzas de Seguridad al mando de Morales, ni las irregularidades que rodearon el proceso de la reforma constitucional provincial, que fue lo que provocó la crisis política.

Mientras la oposición se abroqueló, el oficialismo peronista se mantuvo dividido.

El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezaron las reacciones, pero por separado y solamente a través de redes sociales, con mensajes en los que respondieron a las acusaciones de Morales y le señalaron que él es el único responsable del conflicto. Información de RT.

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