Los 10 habitantes de Linarejos, una aldea de la provincia española de Zamora, lloran desde este martes por la presunta caza de ‘Carlitos’, un ciervo de ocho años que desde que nació se había convertido en un vecino más de la pequeña localidad.
Sin embargo, la Junta de Castilla y León, el gobierno regional, desmiente que el animal haya sido abatido y sostiene que el ciervo cazado «es un individuo que forma parte de los cupos de caza establecidos en el plan cinegético de la zona, completamente distinto de ‘Carlitos'», en un comunicado difundido este miércoles.
El animal en el centro de la polémica es conocido tanto por pobladores como por los muchos visitantes, que se acercan a la zona para disfrutar de la generosa naturaleza del entorno de la Sierra de la Culebra y para observar a ‘Carlitos’, que siempre andaba merodeando en los alrededores del pueblo.
La alerta saltó el pasado martes por la noche, cuando un ciervo fue abatido por disparos de cazadores y el miércoles se encontró el cuerpo del animal. Se habían llevado la cornamenta y una de sus patas, en la que tendría una marca de nacimiento por la que los vecinos reconocían a Carlitos. Sin embargo, los pobladores aseguran reconocer al animal por otras marcas características que tiene en las orejas.