«Chiapas es un caso atípico en el proceso político mexicano, con la excepción de Tuxtla Gutiérrez, el bastión principal de Morena; el resto del estado, a nivel distrital, presenta una impresionante fragmentación, con fuerzas que a nivel nacional no tienen mucha relevancia, pero en el estado son claramente relevantes», declaró el profesor-investigador de El Colegio de México (Colmex), Willibald Sonnleitner.
El especialista resaltó que los datos del proceso electoral de 2021 dan cuenta de un sistema que está sumamente fragmentado. Declara que «Morena, está lejos de ser predominante y mucho menos hegemónico, pues solamente acaparó 38.8 por ciento del sufragio válido, y al integrar el abstencionismo, moviliza alrededor del 18 por ciento de las personas inscritas en el Padrón Electoral».
Resaltó que de acuerdo con la geografía electoral de 2021, en Chiapas a pesar de que el PRI sigue existiendo, ya no es la primera fuerza, «muchísimo menos el PAN ni el PRD, que están ya en el séptimo, octavo y décimo lugar [de forma respectiva]».
«Es relevante dar cuenta que en Chiapas, en 2021, participaron 14 partidos políticos y esto incluye a los 10 partidos nacionales y cuatro partidos locales, con una notable influencia y generando configuraciones a nivel seccional», sin olvidar que «hay municipios donde no se instalaron casillas».
El Partido Verde, el PT y el PES «configuran la política electoral actual en Chiapas, tendencias que hacen que el estado, pase a ser uno de los estados vanguardista en la fragmentación», y por el cual «Chiapas es un caso crucial para entender lo que está pasando en México» en el proceso político mexicano.
Subrayó en el «VII Foro Social sobre Democracias Otras», del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (Cesmeca), que el contexto actual es sumamente complejo, pues «estamos en una zona gris, en un régimen híbrido, lejos de una poliarquía que logre generar elecciones competitivas».