Una vez terminado su sexenio como Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador sólo recibiría en su finca en Palenque, Chiapas, a Claudia Sheinbaum, si ella lo busca.
“Si ella me busca, sí, porque va a ser mi presidenta. Pero yo voy a procurar no molestarla”, dijo durante la conferencia de este lunes en Palacio Nacional, donde lució una sonrisa de oreja a oreja.
Se le preguntó sobre qué extrañaría durante su retiro y si añoraría el poder, a lo que respondió “el cariño de la gente”.
Sobre el apego al poder, dijo que ha “logrado con el tiempo ir superando todo eso, porque también he llegado a la convicción que cuando se transforma y se lucha por un ideal, se debe estar dispuesto a pagar cuotas de humillación”.
No obstante, añadió que hay muchos que “me quieren mucho y yo también los quiero mucho, y nos abrazamos y nos vamos a seguir abrazando, aunque no nos sigamos viendo”.
“El poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás y considero que ya cumplí con eso.
“El poder no es la parafernalia que lo rodea, no son las oficinas, no es el privilegio, entre comillas, de mandar. Porque el poder es mandar obedeciendo. Yo ya me siento muy satisfecho, no voy a extrañar nada de eso porque nunca he visto el poder como un privilegio”, agregó.